Editorial

La máxima expresión del pensamiento humano es la escritura

EDITORIAL

¡Escribir más que comer, más que beber: andar en bicicleta!

Siempre utilizo una relación entre la bicicleta y la escritura.
 Porque aprender a montar bicicleta duele y aprender a escribir nos lo hacen doler.
           
     Escribir no es nada fácil, pero nadie ha comprobado que sea supremamente difícil, creo que sólo debemos practicar hasta que algo salga de nuestra mano, izquierda o derecha, y de nuestros pensamientos, claro está. Así como lo plantea poéticamente Ika Oliva Orado (2017): Escribir si llueve, si hace sol, si está nublado, con luz de candil, en el bullicio, en el silencio, en la madrugada, a medio día, en el baño, en el autobús, en la calle, en el encierro del desarraigo”. Si cumplimos esas palabras como principio podemos tener una buena obra algún día. Aunque si no leemos; no escribimos, están íntimamente relacionadas las dos actividades, bien afirmaba Borges que debíamos leer el doble de lo que escribimos.

             En esa labor nos encontramos un selecto grupo de estudiantes de la Unidad Educativa Colegio “León Topel Wortman”, está viviendo una experiencia similar, gracias la creación del club de periodismos en su modalidad digital e impreso 

    A pesar de que vivimos escribiendo a través de todas las redes sociales existentes, ninguna desarrolla capacidades de redacción o de pensamiento, de hecho, los expertos asoman la idea de que las redes atrofian la mente de sus usuarios. Quizás, por su contenido banal y superfluo, que no invita al análisis, ni a la relación de ideas, a desarrollar pensamientos, o porque muchos de sus escritores sólo saben codificar y no expresar a través del idioma. Aunque debo ratificar, las redes masificaron la información y los pobres estudiamos, ya que, sabíamos investigar libro por libro, capa de polvo sobre moho y así se nos hizo fácil investigar a través de Google...   
           
     Siempre utilizo como metáfora durante las clases la relación entre la bicicleta y la escritura. Porque aprender a montar bicicleta duele y aprender a escribir nos lo hacen doler. ¿O nunca le dieron un tatequieto durante una lectura imposible de memorizar? Cuando montamos la bicicleta de la escritura siempre nos caemos, es mayor el tiempo en el suelo, que el tiempo que andamos, las rodillas son la prueba del esfuerzo casi masoquista del aprendizaje; pero, cuando aprendemos de verdad, dominamos el manubrio de la forma y los pedales del fondo textual, la velocidad se apodera de nuestros deseos, motivando un movimiento impulsivo de las manos en círculos paralelos para alcanzar altas velocidades y la brisa de las palabras acarician la piel de las hojas llenas de códigos, frases e ideas que podrían algún día cambiar el mundo o simplemente hacernos sentir útil a la humanidad.                                                                   Imagen de: Victor Melo y Jorge Fares. 2do “B”

      En esa labor nos encontramos un selecto grupo de estudiantes de la Unidad Educativa Colegio “León Topel Wortman”, está viviendo una experiencia similar, gracias la creación del club de periodismos en su modalidad digital e impreso. No es tarea fácil para ninguno de los participantes, ni menos para el facilitador; pero lo estamos logrando, formando un equipo multidisciplinario (profesor y estudiantes) en edades, ideas y capacidades que cada día incorpora algo nuevo, novedoso y actual para llegar a la mayor cantidad de personas posibles. Vamos a incorporarnos a las redes sociales desde el blog, facebook, twitter, instagram y periódico en cartelera. 
           
   Cualquier sugerencia o colaboración la recibimos de buen agrado, siempre y cuando sea para nuestro desarrollo como periodistas, estudiantes y personas. Queremos crecer hasta que el tiempo aguante y escribir hasta que la vida nos deje. En fin, les invito a leer a los jóvenes que ejercen el periodismo con inocencia. El Topeliano ¡Hasta pronto!

Texto de: Prof. Juan Antonio Mota.